sábado, 17 de septiembre de 2011

Las fitohormonas

Las fitohormonas o también llamadas hormonas vegetales son sustancias químicas producidas por algunas células vegetales en sitios estratégicos de la planta y estas hormonas vegetales son capaces de regular de manera predominante los fenómenos fisiológicos de las plantas. Las fitohormonas se producen en pequeñas cantidades en tejidos vegetales, a diferencia de las hormonas animales, sintetizadas en glándulas. Pueden actuar en el propio tejido donde se generan o bien a largas distancias, mediante transporte a través de los vasos del xilema y del floema.






Controlan un gran número de sucesos, entre ellos el crecimiento de las plantas, la caída de las hojas, la floración, la formación del fruto y la germinación. Una fitohormona interviene en varios procesos, y del mismo modo todo proceso está regulado por la acción de varias fitohormonas. Se establecen fenómenos de antagonismo y balance hormonal que conducen a una regulación precisa de las funciones vegetales, lo que permite solucionar el problema de la ausencia de sistema nervioso. 


Las 5 hormonas que controlan la fisiología de cualquier planta son:


Auxinas
Citoquininas
Giberelinas
Etileno
Ácido abscísico


En el siguiente cuadro se resumen los efectos fisiológicos que regula cada hormona:






En próximas entradas desgranaremos de forma detallada los efectos fisiológicos de cada una de las 5 hormonas.

sábado, 10 de septiembre de 2011

El riego (I)

Estos días en Cantabria está haciendo bastante calor. Todo lo que no hemos tenido en julio y agosto nos viene en este mes de septiembre. Por ello, hay que prestarle importancia al riego, especialmente al riego del invernadero.

El agua es un factor limitante en la huerta. Tanto por exceso como por defecto. Hay que encontrar un equilibrio adecuado para cada especie de cultivo y para cada estadío diferente del desarrollo vegatativo.



La cantidad de agua que una planta necesita para crecer en condiciones óptimas se conoce como necesidad hídrica. Cuando planteemos un sistema de riego eficiente tenemos que tener muy presente este parámetro. Para fomentar que las plantas desarrollen un buen sistema radicular regaremos en torno al 80% de las necesidades hídricas de la planta.

El cálculo de las necesidades hídricas viene basado la estructura de la tierra y el tipo de cultivo. Un suelo arcilloso retiene mucha agua, mientras que un suelo arenoso drena muy rápido el agua que capta. Así, no regaremos ni con la misma cantidad no con la misma frecuencia ambos suelos.



Según el cultivo y lo que queramos conseguir aplicaremos un plan de riego u otro. Por ejemplo, unos requieren un equilibrio, que ni falte no sobre, (zanahorias, rábanos, acelgas, alcachofas o pimientos), otros agua abundante al comienzo del cultivo y poco al final (melón, pepino o espinacas), otros poco al principio y después un incremento progresivo con un descenso al acercarse la cosecha (coles, cebollas o vainas) y otros mucho riego todo el tiempo para que tengan buen contenido en agua y sean tiernos y frescos (lechuga, rúcula, berro y ensaladas en general).